Del hombre despechado surge la bravura de quien siente que ya todo esta perdido...
Del hombre que se ha reencontrado en su soledad... del que camina junto a su sombra y dialoga con ella...
Del hombre que aprende tanto de su claridad como de su oscuridad...
De la mezcla de todos estos hombres nace Erenesto... él no está loco, como dicen algunos... solo sabe mucho.







En el taller, lo que intentamos hacer a partir de un trabajo corporal sensible, es buscar confianza en nuestro propio cuerpo, construirnos, reconstruirnos, generar una presencia conciente en el "aquí y ahora". El presente, compromiso real impostergable, muchas veces es ignorado por las urgencias que lo cotidiano nos impone. El presente nos convoca, y entonces, aquí estamos.







