Hola, mi nombre es Edgar.
No hablo mucho; hablo poco.
Casi que ni hablo. En realidad no hablo.
Una vez viaje a Olavarria.
Y estando allá, una noche,
me sacaron del cajón en el
que viajo, en el que vivo.
Había muchos niños... muchos,
pero no tuve miedo.
Los mire a los ojos,
y comencé a contarles
una historia.
Pero yo no hablo, entonces
no se las conté con palabras...
se las conté como si la historia
estuviese "siendo" en ese momento.
ellos tampoco tuvieron miedo.
Entonces jugamos.
Entonces reímos.
Y después volví a mi cajón...
allí donde me oculto por miedo al mundo,
allí donde aguardo a que el tiempo
me dé nuevas oportunidades de salir
y vivir historias nuevas, personas nuevas,
personas presentes.
Presente, presencia, esencia.